Gestionando el conflicto: Construyendo puentes de conexión relacional desde la Inteligencia emocional.

Tiempo de lectura: 6 minutos

La primera prueba de respeto hacia los seres humanos consiste en no pasar por alto sus palabras.                                                                                               Elías Canetti

I parte: Competencias intrapersonales.

El entorno laboral es un espacio donde interactúan personas con diferentes historias de vida, perspectivas, experiencias y estilos de personalidad. Esta realidad genera en ocasiones, el surgimiento de conflictos, los cuales pueden crear tensiones, reducir la productividad y/o afectar la moral de los colaboradores. Sin embargo, en lugar de temer a los conflictos, podemos abordarlos de manera efectiva, convirtiéndolos en oportunidades para el crecimiento personal y organizacional.

Este artículo, hace referencia a algunas estrategias que pueden ayudarte en la gestión del conflicto de manera constructiva, promoviendo una cultura de colaboración y armonía en el entorno laboral.

En este sentido, la Inteligencia emocional, cobra fuerza y te invita a observar con detenimiento tus competencias intra e interpersonales.

¿Cómo se cuenta la historia?

A nosotros por lo general nos encanta contar historias, narrar lo sucedido; en palabras coloquiales “echar el cuento”; sin embargo, una misma situación puede ser explicada de diferentes maneras por los que están viviendo el conflicto.

Al respecto, es importante revisar si manifiestas las siguientes conductas ante el conflicto:

  • Consideras únicamente tu perspectiva;
  • Tu enfoque es hacia lo negativo de la situación;
  • Te alteras y gritas, sin escuchar al otro; o
  • Sientes que estas siendo vulnerado(a)

Cuando te sientes vulnerado(a) entonces piensas:

  •        ¿Por qué a mí me pasa esto?
  •        No soy capaz de lograrlo;
  •        Mejor me callo y evito problemas;
  •        Nunca me entienden;
  •        Mi vida es un desastre.

Cambios en la perspectiva

Estos pensamientos están casados con el victimismo; se alimentan de creencias limitantes, de prejuicios, que te vas colocando como etiquetas, y tienden a llevarte a una actitud de negación o resignación que te detiene e impide visualizar escenarios de acción propicios para una revalorización personal.

Con estos “lentes” miras y te haces una percepción de la realidad, la cual viene a ser tu realidad. Lo importante es, que si logras cambiar el “observador” que existe dentro de ti, puedes progresivamente “mirar” y analizar tu percepción de la realidad, para buscar estrategias de acción donde asumes tu responsabilidad y defines, donde está la responsabilidad del “otro”. Aprendes a determinar las actitudes que están bajo tu control y cuáles no. ¡Gran paso! Pues te aproximas a buscar puntos de encuentro, como fase previa para llegar a la toma de decisiones centradas en acuerdos y negociaciones.

Comprendiendo que existe la posibilidad de acercarse al otro buscando soluciones comunes y convenientes para ambos, es… esperanzador.

Lo cotidiano es más difícil de observar

Al revisar las actitudes o pensamientos señalados en párrafos anteriores, pueden parecer actitudes cotidianas que a veces pasan inadvertidas, y que es imprescindible observar para determinar de qué manera puedes incorporar actitudes más sanas de comunicación intrapersonal que abran caminos de aceptación, respeto, y confianza en ti mismo(a), con miras a la comprensión de tus actitudes y las posibilidades de salir de este círculo de acción.

La importancia de darse cuenta

Un camino con posibilidades de éxito está íntimamente ligado a la consciencia, entendida como el darse cuenta; lo cual te lleva a identificar emociones, sentimientos y estados de ánimo, dando cabida a estrategias para evitar que actúes de manera impulsiva o reactiva, sin medir las consecuencias.

Identifica tu estilo de comunicación intrapersonal

Este aspecto es fundamental ya que te conecta con tu yo interno, el cual suele indicarte:

  • ¿Cómo te estás viendo en tu aquí y ahora?
  • ¿Cuáles aspectos estás valorando en ti?
  • ¿De qué manera estas actuando en función de tus emociones?
  • ¿Cuál es tu nivel de flexibilidad ante nuevas ideas, proyectos u opiniones?
  • ¿Qué te mueve a lograr los objetivos?

Este conocimiento viene acompañado de esa voz interna que escuchas, la cual puede ser motivadora e inspirarte, o por el contrario te señala, etiqueta, juzga, o desvaloriza.

Tomando acción desde el autoconocimiento

Si logras ese “darte cuenta”, que te lleva a la consciencia de tu accionar en la vida, puedes ir detectando cómo ir mejorando desde el autoconcepto, fortaleciendo tu valoración; identificando barreras y construyendo puentes de comunicación intrapersonal donde asumes la responsabilidad de tus acciones; aprendiendo a respirar antes de hablar, incorporando la meditación, gestionando los impulsos y atendiendo tus necesidades para evitar vulnerar las necesidades del “otro”.

Si logras aceptarte y comprenderte, es más factible que puedas comprender y relacionarte con los demás desde una comunicación afectiva, respetuosa, donde se establezcan acuerdos. 

Te interesa y quieres profundizar sobre el tema, desde Buena Gente podemos acompañarte en este proceso.

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